Las almas en pie

Después del último caso del Inspector Ezequiel, en el que tuve un papel fundamental para ayudar a resolverlo, Eric y yo ya hemos acercado posturas en cuanto a nuestra relación y queremos seguir adelante y basarlo todo en la confianza, no solo en la atracción que, obviamente, sentimos el uno hacia el otro.
Ahora, como colaboradora oficial de la policía en Besalú, lo que más nos urge es comprender qué tiene que ver el libro que le legó su padre con el caso de la Logia de Pan y con todo lo demás que hay escrito en el misterioso manuscrito.
Para ello, Bicho, Ariel, Eric y yo, viajaremos juntos a Madrid, para ver a su madre Esther y pasar unos días con ella, en la casa donde él creció como un niño feliz, y buscar respuestas a preguntas que nunca fueron hechas.
Es momento de cerrar heridas. Y posiblemente, de sanar cicatrices que no sabemos que están infectadas.
Sin embargo, para ello, hay que abrirlas, a riesgo de que las sombras del pasado puedan cernirse sobre nosotros.
Sombras de otros tiempos, que esperan pacientemente a ser escuchadas y recordadas como merecen.
Las almas están en pie.
Y nuestro corazón está en juego.